El proceso es relativamente sencillo, pero como decimos implica a más personas. Ahora Mariano y Luis no están solos, y formarán parte de un gran grupo de usuarios que se encargan de comprobar que todo el proceso se produce como debe producirse.
Si Mariano quiere retirar un bitcoin de su cuenta para dárselo a Luis, primero avisa a todo el mundo con una peculiaridad: nadie sabe que Mariano es Mariano y que Luis es Luis. Solo saben que desde una cartera digital (lo que sería una cuenta bancaria) se quiere transferir esa cantidad (que sí se conoce) a otra.
Mariano, por lo tanto, avisa de sus intenciones, pero sin revelar su identidad: "¡Eh, chicos, quiero mandarle un bitcoin desde mi cartera a esta otra, por favor, actualizad vuestros libros de cuentas!". Al enviar ese mensaje, todos los usuarios de esa red primero comprueban que Mariano la cartera de origen tiene suficiente dinero para enviárselo a la cartera de destino. Si es así, todos anotan esa transacción, que pasa a completarse y a formar parte del bloque de transacciones. Eso sí: todavía no están registrados en esa base de datos de forma definitiva.
A medida que pasa el tiempo, más y más transacciones van completándose y pasando a ese bloque, que tiene una capacidad limitada que depende de la estructura de la cadena de bloques y del tamaño de cada transacción. Cuando un bloque ya no admite más transacciones, llega un momento importante: el de "validarlo" o "sellarlo", que es lo que los usuarios hacen cuando hacen minería de bitcoin.
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